El estrés y el ritmo vida profesional hace que no siempre podamos dormir todas las horas que serían necesarias para afrontar nuestro día a día de manera ideal. Complementar estas horas de sueño con una pequeña siesta nos ayudará a revertir esta situación.
La falta de sueño es un problema de salud. Es bien conocido que esta falta de sueño contribuye a reducir la productividad y genera un incremento de la accidentalidad. Así mismo, los trabajadores que duermen poco, son más proclives a desarrollar enfermedades crónicas como la obesidad, diabetes, hipertensión y depresión.
Según un estudio que ha aparecido publicado en la revista Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, y titulado Napping Reverses Health Effects of Poor Sleep, una siesta de corta duración (30 min) revierte el impacto hormonal de una noche en la que se ha dormido mal. En concreto, este estudio revela que la siesta restaura los biomarcadores estudiados (hormonas y proteínas involucradas en el estrés y la función inmunitaria: Norepinefrina e Interleucina 6)

Según estos datos, la siesta podría ofrecer una forma de contrarrestar los efectos nocivos de la restricción del sueño al ayudar a los sistemas inmunitario y endocrino a recuperarse.